Un lugar al que volver

A la mente de un niño solo se debe entrar cuando seas invitado, nunca lo hagas sin permiso.

Shhhhh

Entra muy despacio y quítate la lógica, para no hacer ruido.

Mira con atención por dónde vas pisando y no se te ocurra cambiar nada de sitio, porque en este mágico lugar cualquier pequeña piedra puede ser un gran sueño, o un deseo por cumplir.

Vamos a disfrutar el recorrido…

Lo primero que vemos es una nube esponjosa y grande donde se encuentra la parte pensante, aquella que nos hace únicos y diferentes de los demás.

En esta nube de algodón huele muy bien, porque todos los niños piensan bonito si se les deja pensar en calma y libertad.

Nuestra nube se divide en dos partes, hacia la derecha campaban brillantes y delicados los colores que seguidos de la música brillaban alegres.

También el arte estaba allí. Era una hermosa fuente, de la que iban brotando muchas ideas, juguetonas y alocadas.

¡Haz un dibujo!, y el dibujo poco a poco iba tomando forma, construyendo un entramado de líneas y trazos. Estas rayas se unían unas con otras, y conseguían contar ¡Tantas cosas!

Ahora vamos hacia la izquierda. Aquí vemos muchos números y letras, que conviven todos juntos felices y en armonía ¡Qué bonito!

– Mira, aquí hay un enorme espacio vacío.

– Si, aquí es donde juegan juntos los cuentos y las bonitas historias contadas por papás, abuelos y profes.

Esta parte es importantísima, hay que cuidarla mucho y alimentarla con libros, sabiduría, amor y paciencia.

Sólo así irá creciendo día a día. Verás como dentro de poco estará llena de historias, conocimientos, canciones y sueños.

Dejamos atrás la inmensa nube, y justo debajo llegamos a otro lugar, mucho más pequeño, pero también muy importante.

Aquí se encuentra el mar, un mar precioso y salado de dónde brotan las lágrimas.

Las lágrimas son imprescindibles para ganar batallas, y no debemos detener su camino, es importante dejar que llueva para que después vuelva la calma.

Llorar es de valientes, nos tranquiliza y nos limpia los ojos de tristeza, para después ver mejor todo lo que nos rodea.

En la parte más alta encontramos flotando las ilusiones ¡Aquí os pido por favor tener un cuidado especial! Las ilusiones son indefensas y frágiles y cualquier pequeño gesto o palabra inadecuados puede hacerlas desaparecer.

Cerca de aquí, jugaban alegres las emociones al escondite, todas juntas y alocadas iban buscando a los sueños, que son los que mejor se saben esconder de todo el lugar.

Los sueños son escurridizos y no se dejan encontrar fácilmente, por mucho que los busques.

Ahora en este sendero mira bien por dónde vas, puedes encontrar algunas dudas, que están deseando convertirse en miedos.

No te pares. Lo mejor es no alimentarlas y continuar el camino.

A lo lejos vemos muros que se van construyendo con todos los “noes” que nos hacen daño:

-No juegas

-Ya no eres mi amigo

-Tú no puedes

-Eso no lo vas a conseguir

-No toques

-No llores…

Todos los “noes” juntos, se amontonan trepando y hacen muros.

Menos mal que son débiles y se derriban pronto con los “síes” y los “te quiero” que nos hacen felices. Los “síes” son capaces de hacer felices a todos los habitantes de la mente, son amigos de las emociones, de las ilusiones, de los colores, de las historias, son los súper héroes del lugar y siempre consiguen cambiarlo todo.

-Si juegas

-Si eres mi amigo y lo serás siempre

-Si puedes, Tú puedes

-Si eres capaz

-Si, claro que puedes tocarlo…

-Si lo necesitas llora…

¡Qué mágicos resultan estos “Síes”!

Desde ahora espero que sean mis amigos también.

Y bueno, ya casi estamos terminando, solo nos queda un lugar, el más importante, el centro de todo, el más maravilloso. Este lugar está más o menos en mitad de la frente y es como un hermoso jardín en flor. En el habitan las caricias, las cosquillas, la risa, el tiempo, las enseñanzas, los valores y las verdades.

¡Si que es realmente bello este jardín!

Además es un todo que no pide nada, solo hay que regarlo todos los días con besos y abrazos del corazón. Jamás si lo abonamos con amor dejará de brotar y florecer.

¡Ya nos vamos!

Cierra la puerta al salir y no hagas ruido..

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